La energÃa que internet consume
Actualmente nuestro mundo está sufriendo cambios climatológicos importantes que ya pocos científicos niegan, debidos al excesivo consumo energético del hombre y los procesos industriales.
Sin embargo, en la era de la tecnología en la que vivimos, pocos nos planteamos nuestra vida sin consultar en Internet qué nos depara la climatología para ese día y los venideros, realizar gestiones administrativas sin moverte de casa, comprar esas entradas de cine de la nueva película de acción en la cartelera o comunicarnos con nuestro mejor amigo o amiga a través de un correo electrónico o por algún sistema de mensajería instantánea. Todo ello se nos presenta como casi carente de gasto energético, pero, ¿es realmente así?
Para saber esto tenemos que conocer todo lo que implica el acceso a Internet, dado que lo que nosotros vemos es nuestra máquina de conexión, ya sea a través de un ordenador en nuestro hogar, un móvil, o unos de esos frigoríficos hiper-evolucionados que son capaces de pedir al supermercado aquello que nos hace falta y un adaptador que nos conecta a la red de la compañía suministradora del servicio, por lo que entendemos que existe un bajo consumo de recursos energéticos. Sin embargo, existen una serie de máquinas funcionando las veinticuatro horas del día para mantener la red que satisface todos nuestros deseos de conocimiento e información. Existen máquinas, igualmente, que mantienen, durante día y noche, sin interrupción, a nuestra disposición, las páginas sobre las que realizamos nuestras peticiones de información, ya sea ésta la información climatológica o las fotografías de nuestros familiares y amigos en la red social más de moda en el momento. Si realizamos una búsqueda por Internet en Google ponemos, sin saberlo, en funcionamiento, multitud de centros de Google que nos proporcionarán el resultado en el menor tiempo posible. Según un estudio del Dr.Wissner-Gross, cada búsqueda en Google genera alrededor de 7 gramos de CO2, lo cual equivale a que, con lo consumido por dos búsquedas en Google se podría calentar una taza de café. De este estudio también se desprende que la mera visualización de una página web con contenido simple emana a la atmósfera 20 miligramos de CO2 por cada segundo y ordenador en el que es vista, así como que sitios web más complejos, con animaciones y vídeo desprenden en el planeta 300 miligramos de CO2 por cada segundo y ordenador en el que se visualiza.
Todo ello sin contar que las páginas que visualizamos contienen, normalmente, errores y problemas de programación que provocan un mayor consumo de energía, y, por lo tanto, mayor emisión de CO2 a la atmósfera.
Cada uno puede sacar sus conclusiones.
El Doctor Alexander Wissner-Gross, es un físico y miembro de la Universidad de Harvard. Su sitio web, www.CO2Stats.com, está diseñado para permitir que webmasters y bloggers puedan auditar sus webs para hacerlas ?más verdes?.
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