Piensa rápido, habla despacio.

Piensa rápido, habla despacio.

Bien, esta frase estará de acuerdo mucha gente conmigo que es de relativa importancia y un éxito en nuestras vidas si la aplicamos correctamente. Pero?

Y si la trasladásemos al momento económico en el que vivimos? Sin duda los grandes dirigentes de nuestro país son grandes conocedores de su existencia, la usan a diario, cada momento, no dicen nada sin antes pensarlo 10 veces, analizan la repercusión que tendrán sus palabras en los medios, en el pueblo, en los votos.

El problema viene cuando aplicamos dicha técnica a los problemas económicos por los que estamos pasando, quizás quedaría una cosa así:

Discute rápido, reacciona despacio.

Sin duda alguna, nuestros políticos la bordan, discuten mucho y rápido, pero terriblemente, reaccionan mal y despacio. Quizas tantos años de inercia aplicando la ancestral técnica los tenga oxidados y atados a una evolución inteligente y necesaria de mentalidad y de métodos.

No es mi intención criticar a uno, ni dar una sola solución. Es mi deseo el de activar a todos y aportar muchas soluciones. Siendo la primera la actitud.